Último momento: Facebook me tiene podrido

FASCISBOOK
Me equivoqué. Quise hacer algo cumpliendo las reglas y me equivoqué. Es que me di cuenta que tenía varias cuentas de Facebook. Que nadie crea que ha sido por o con alguna segunda intención. Es que siempre he sido muy distraido (por no decir estupidamente desmemoriado) cuando de claves o password se refiere.
Entonces, durante un tiempo, abría una cuenta en Facebook, y, mientras entraba todos los días, la palabra escondida me era fácilmente recordable. La cosa se complicó cuando no hacíamos ese ejercicio casi deportivo de mirar los comentarios o me gusta todos los días. Después, porque tampoco recordábamos con que cuenta de correo la habíamos abierto, buscábamos abrir otra cuenta.
Hace unos días decidimos sincerar nuestras cuentas (las que recordamos el password) y tratar de unificar a nuestros amigos, conocidos y colegas. Lo primero que hicimos fue colgar en las portadas que íbamos a concentrar todo en una sóla cuenta. La que responde al nombre de
el.norbi.baruch.
Luego de colgar un hermoso cartel en dos portadas de dos anteriores yo, cometí el error. Empecé a cruzar las cuentas para ver que amigos de una ya eran amigos míos en la cuenta madre. Lo mismo con la otra cuenta. Y a los amigos que no los tenía en la cuenta que pensaba mantener, unos casi doscientos y pico, decidí mandarle un pedido de amistad.
Pero este movimiento conceptual y coherente no fue entendido por los motores todopoderosos de Facebook de la misma forma. La creación del gran perdedor Mark Zuckerberg, para conseguir chicas, decidió en forma arbitraria, cuasi fascista, bloquearme la cuenta madre, por 7 días.
Pero ahí no termina la anécdota. Cuando le enviamos un correo a su centro de no atención al cliente, el mismo, después de recibirlo, nos contestó que ellos no creen que puedan leer todas las sugerencias que le mandan los usuarios, pero que igual me agradecían.

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